Comprender las categorías que agrupan a los activos virtuales (AV) puede parecer imposible, pero acá vamos a explicar de una forma breve, cuáles son los diferentes tipos de activos virtuales, basados en las más recientes definiciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y otros estándares internacionales relacionados con la regulación y definición de diferentes actividades económicas y financieras.
No todas las criptomonedas son Bitcoin, ni todos los AV son criptomonedas. El universo es amplio y hay que entender sus diferencias y categorías para iniciarse en este ecosistema.
Una billetera de criptomonedas es una herramienta que permite interactuar con una red blockchain. Entre otras cosas, puedes utilizarla para enviar y recibir criptomonedas o acceder a aplicaciones descentralizadas (DApps).
También conocido como “dinero real” o “moneda de curso legal”. La moneda o billete de un país que es designada como de curso legal, circula y es usualmente utilizada y aceptada como medio de cambio en la emisión de un país.
Blockchain es una tecnología basada en bloques, en donde la data es añadida desde cada uno de estos bloques. Cada bloque es construido arriba del último e incluye una pieza de información que lo conecta de regreso con el anterior. Los bloques estan conectados entre sí a través de un “hash”. Esto significa tomar cualquier dato de cualquier tamaño y pasarlo a través de una función matemática para producir un resultado (un hash).
Cadenas de bloques a las que cualquier persona puede acceder y unirse libremente. Ej. Bitcoin, Ethereum, Dash, Monero o Zcash. Este tipo de blockchain mantienen abierto al público sus datos, el software y su desarrollo, de forma que cualquier persona puede revisar, auditar, desarrollar o mejorar los mismos.
Dependen de una unidad central que controla todas las acciones dentro de la misma.
Esta unidad central es la que gestiona el acceso a los usuarios, además de controlar las funciones y permisos dentro de la blockchain. Generalmentae, son opciones de desarrollo de tipo software privativo, aunque también hay algunas de software libre.
En estas blockchain, la participación en la red es privada. Es decir, el acceso a los recursos de la red es controlado por una o varias entidades. Sin embargo, el libro de contabilidad es accesible de forma pública. Esto significa que cualquier persona puede explorar bloque a bloque todo lo que sucede en dicha blockchain.
Tiene un valor equivalente a una moneda real y puede ser intercambiada por monedas reales. Ejemplos: Bitcoin y Ethereum
Pertenece exclusivamente a un sitio web o mundo virtual y no puede ser intercambiada por dinero real.
Ejemplos: Robux Coins (de la plataforma Roblox)
También conocidas como criptomonedas, las cuales son monedas virtuales distribuidas, de fuente abierta, basadas en matemáticas P2P, cuya administración no está centralizada ni tampoco están sujetas a una autoridad de supervisión o monitoreo.
Ejemplos: Bitcoin y LiteCoin
Tiene una sola entidad administradora que controla el sistema.
El administrador:
Ejemplos: Liden Dollars (de la plataforma Second Life)
Los activos virtuales, como criptomonedas y tokens, tienen una amplia gama de usos y aplicaciones:
Medio de intercambio: Funcionan como monedas digitales para transacciones en línea, permitiendo intercambios económicos sin intermediarios. Esto se puede gestionar en plataformas centralizadas y descentralizadas.
Inversión: Muchos los ven como oportunidades de inversión debido a su volatilidad, ofreciendo potencial para ganancias, aunque también riesgos.
Automatización de Procesos: Comúnmente conocidos como contratos inteligentes, permiten crear contratos o procedimientos digitales y tokens que representan activos físicos o virtuales, asegurando transparencia y ejecución automática, que involucran la automatización de transacciones sin intervención humana.
Proyectos de trazabilidad y votación: Algunas blockchain permiten votaciones descentralizadas y gobernanza comunitaria para proyectos o decisiones financieras. Así mismo, existen proyectos que únicamente requieren establecer una gestión de trazabilidad, como lo es la toma de decisiones o aprobaciones de determinadas acciones.
Propiedad de activos digitales: Permiten la propiedad y transferencia de bienes digitales exclusivos, como dominios web, obras de arte digitales y coleccionables únicos.
Representación de beneficios o utilidad: Se pueden implementar para programas de fidelización o utilidades o beneficios de un proyecto o una red específica.
El ecosistema cripto ha desafiado la noción tradicional de transparencia y la integridad en el ámbito financiero y tecnológico por la transmisibilidad, al poder realizar transacciones en cualquier parte del mundo, en cualquier momento del día, sin necesitar de una entidad central.
Tecnologías como blockchain introducen una nueva forma de accesibilidad, a través del uso de un dispositivo conectado a internet. Por otra parte, la visibilidad de las transacciones en la red permite que las transferencias de criptomonedas sean vistas parcialmente públicamente, siendo semi anónimas, y de esta forma, creando una capa de transparencia que no existe en los sistemas financieros tradicionales.
Esto es especialmente importante ya que aunque la información es visible y trazable, todas aquellas transacciones que se gestionen a través de blockchain públicas tienen además la ventaja de que las mismas no pueden ser modificadas o alteradas debido a la inmutabilidad de la información en la cadena de bloques.
Las redes de blockchain en donde se registran las criptomonedas, comprueban cada una de las transacciones a través de mecanismos de consenso, por ejemplo, a través de la prueba de trabajo (PoW) en Bitcoin o de la prueba de participación (PoS) en Ethereum. Esto hace necesario que se discuta la responsabilidad de los proveedores de servicios de activos virtuales (PSAV) ante la comprobación de información de las transacciones. Estas empresas, deben contemplar que la información registrada en la Blockchain pueda ser comprobada a través de reglas claras de lo que puede ser anonimizado o seudonimizado.
Las empresas que participen como PSAV, deben realizar las gestiones pertinentes para asegurarse de que la información sea verídica e íntegra, sobre estándares de Conoce a tu Cliente (KYC), ya sea mediante confirmación directa con el mismo usuario, o a través de medios electrónicos que pueden incluir la interoperabilidad, en lenguaje de cumplimiento se conoce como la regla del viajero.
La discusión sobre la integridad del ecosistema cripto se enfoca en incorporar estándares para el anti-lavado de dinero (ALD) y contra financiamiento del terrorismo (FT) tal cual aplica en el sistema tradicional, sin comprometer las características propias de las criptomonedas.
A la hora de usar o interactuar con el ecosistema cripto es importante tener en cuenta algunos riesgos para no caer en ningún tipo de fraude o estafa, así mismo comprender que el uso de activos virtuales también permite facilita ciertos intercambios y ayuda a mejorar la trazabilidad en las transacciones.
1. Trazabilidad: Permite gestionar de forma más rápida y eficiente la identificación de operaciones sospechosas, señales de alerta y la identificación de estos movimientos inclusive extraterritoriales.
2. Descentralización: La tecnología blockchain permite un sistema descentralizado, eliminando intermediarios y ofreciendo mayor autonomía a los usuarios.
3. Agilidad en transacciones: Las transacciones dentro del ecosistema cripto suelen ser más rápidas que a través de procesos bancarios, y pueden a nivel global, sin depender de fronteras ni horarios bancarios, culminando las mismas en segundos. Cabe destacar que a pesar de que pueden existir redes un poco más lentas, el proceso sigue siendo atractivo para las gestiones inmediatas.
4. Mayor seguridad: Los registros inmutables reducen el riesgo de fraude y manipulación.
5. Inclusión financiera: Las criptomonedas pueden ofrecer acceso a servicios financieros a personas que no tienen acceso a la banca tradicional, permitiendo inclusión financiera, brindando así mayor equidad en el acceso de otros tipo de servicios de igual forma
Innovación tecnológica: El ecosistema cripto fomenta la innovación tecnológica. Muchos proyectos están impulsando avances en campos como contratos inteligentes, tokenización de activos y gobernanza descentralizada.
1. Anonimato en transacciones: La transparencia de las transacciones criptográficas puede ser riesgosa si se utiliza de manera incorrecta. A pesar de ser visibles, el anonimato de las partes involucradas puede facilitar actividades ilícitas, como el lavado de dinero o el financiamiento del terrorismo.
2. Exposición de datos sensibles: Algunas blockchains pueden almacenar información sensible de manera permanente. Si esta información cae en manos equivocadas, puede tener repercusiones graves para los usuarios, exponiéndolos a riesgos de seguridad y privacidad.
3. Manipulación de mercado: La transparencia en los movimientos de capital y los volúmenes de operaciones en exchanges puede ser explotada para manipular los precios de activos digitales, lo que afecta a los inversores y la confianza en el mercado.
4. Información falsa, incorrecta o insuficiente en datos pseudinomizados: Esto aplica en los procesos de KYC en caso de que las plataformas que proveen el acceso a los servicios, no establezcan mecanismos de verificación de la información de los usuarios de forma debida, conllevando a que al momento de que se identifique por ejemplo, una transacción sospechosa en blockchain, al verificar el propietario de los activos virtuales, ya sea originador o receptor, se cuente con una identidad que no corresponda, o no se pueda siquiera identificar.
5. Falta de consentimiento informado: Puede existir la posibilidad de que se gestione información de los usuarios sin su consentimiento, o su consentimiento no fue informado debidamente, siendo que los datos seguirán siendo tratados en blockchain, y no estaría limitado a la finalidad original de la obtención de los mismos. Así mismo, está ligado a la limitante de la identificación de la responsabilidad, sobre todo en redes públicas o protocolos DeFi.